Se trata de un grupo escultórico de bulto redondo. El material utilizado por el artista es la madera, concretamente madera de nogal. Esta madera fue policromada posteriormente.
El tema representado en esta escultura, es de carácter religioso, ya que el tema representado es una escena bíblica.
Esta obra ocupa el banco del retablo de San Benito el Real junto con otras imágenes emblemáticas del artista, como San Sebastián, San Cristóbal y San Jerónimo.
Esta obra, resume el manierismo escultórico de Berruguete: el canon alargado de diez cabezas, la línea serpentinata heredada del Laoconte y el expresionismo, visible en los cuerpos delgados y el grito de angustia que emiten los personajes.
Esta escultura es obra de la habilidad, el talento y la pasión, heredado del arte italiano que le transmitió el padre al artista. El autor es Alonso Berruguete, la persona más hábil y esperta en el arte de escultura y dibujo que hubo en España y fuera de ella, durante su época. Así lo pensaban todos sus contemporáneos.
La obra se encuentra actualmente en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid.